domingo, 30 de mayo de 2010

mis 16 .-.









no le agan caso a la fecha de las fotos es que 

no se la puedo sakar ademas esta mal .-.

muchas grx fati , kelly y ery  

la pase genial por suerte ya se termino el dia  >.<

grx amor por el peluche es re love *--* 

jaj habremos engordado como 3 kilos x culpa de esa torta XDDDD 

muchas grx las amo  


_______________________

ahhhhhhhhh nyu mamita mia grx x dedicarme esa entrada *----* tkm 


me voy 


-AlesA-


martes, 25 de mayo de 2010

entre la espada y la pared

osh no se dan una idea de como me odio 

ya falta poco para ese puto día y es seguro que voy a ver gente que no kiero 

lo bueno es que 10 días después es el concierto de VERSAILLES  eso me va hacer bien 

vamos a hacer pogo con mi hermanito y con mis putas *---* va a ser la posta 

osh sigo con el mismo dilema  no se que hacer 

bueno no es importante por ahora eso creo .-. 

ma;ana voy a sanmar a comprar tintura y ver la guitarra 

espero no cruzarme con *eso* o voy a morir  

también quiero verla pero no da  .-. ni siquiera preguntarle

me voy antes de escribir de mas  

ma;ana empiezo a subir los sig cap del fic  


bye  

-AlesA-

domingo, 23 de mayo de 2010

mi pelo





odio esa cam no se como sacarle la fecha  .-. (si alguien sabe avise)

bueno esto soy yo toda rosa XD 

que día de mierda  

me gusta cuando llueve pero no cuando ay mucha humedad .-. 

día para descansar , recobrar energías 

y sacarse unas buenas fotos abajo de la lluvia 

sigo confundida con un par de cosas ,la verdad no se que hacer

se lo digo o espero? .-.  

ahhhhhhhh  nc 

mejor esperare ...  

-AlesA-


sábado, 22 de mayo de 2010

deprecion

voy a dejar el fic en suspenso  (tan tan tan tannnnnn) 

hoy fue la reu del st  nightmare mmm estuvo bueno a pesar de que eramos solo 5 .-.

mmm el color de mi pelo atrae a la gente prejuiciosa 

como odio a esa gente que no tiene  nade mejor que hacer que critican sin saber 

también casi me expulsan del cole   (maldito godoy) 

por suerte fin de semana largo  

estoy muy cansada de todo 

"Déjenme sentir más dolor,
De modo que mi cuerpo y mi corazón se rompen
El tiempo para despertarse está cerca
Si todavía puedo sentir el dolor, también puedo hacerme fuerte
No hay nada que pierdas
Incluso si la luz de la vida desaparece..." 

creo que consumí 2.000 kalorias en toda la semana incluyendo hoy T-T

que deprecio así nunca voy a ser como quiero 

lo bueno es que como llego el fin de semana largo puedo hacer mas ejercicio 

y asir bajar todo eso :) 

bueno mmm 

todavía no tengo fotos de mi pelo rosa 

mañana me voy a sacar 

bueno me voy  después sigo subiendo el fic

se pone muy interesante XD


bye ~~

-AlesA-  


viernes, 14 de mayo de 2010

El chico de la sonrisa encantadora. Cap 4

Título: El chico de la sonrisa encantadora.
Autora: Kelly
Protagonistas: Genki y Byou
Narración: Primera persona


Cap. 4: Una noche inusual

Podía imaginar claramente a qué venía este joven a la casa de Byou, y me veía a mí enredado en todo esto.

- Hola, soy Genki - Traté de mostrar mi mejor sonrisa.

El joven pelirrojo dio unas vueltas a mi alrededor mirándome de arriba hacia abajo repetidas veces.

- No está nada mal, es como me dijiste pero se ve algo tímido.
- Sí, lo es. Ven, tráelo al cuarto.
- ¿Vienes? - me preguntó el joven con voz amable sin sacar las manos de los bolsillos de su campera. No me quedó opción mas que decirle que sí.

Fuimos juntos siguiendo a Byou que doblaba a la izquierda en un pasillo y se metía en una de las habitaciones. Al entrar, cerró la puerta con lentitud y dio unos pasos hacia a mí. Se acercó hasta rozar levemente sus labios con los míos, me tomó de la cintura y suavemente comenzó a besarme en el cuello. Sus manos se deslizaban hacia arriba pasando por debajo de mi camisa. Aún seguía con el uniforme del colegio. Hitsugi se había quedado contra la pared observando, aún con sus manos en el bolsillo, mirando con atención lo que sucedía. Luego sentí algo húmedo y cálido en mi oreja derecha, una boca que me lamía sensualmente y a la vez me mordisqueaba. Entonces unas manos escurridizas se posaron en mi pecho desabrochando cada uno de los botones de mi camisa. Unas manos cuyos dedos se paseaban suavemente pellizcando sin piedad mi pezones con una mano y con la otra acariciando mi espalda.

- ¿Esto te gusta, preciosura? - me preguntaba Byou que parecía darse cuenta del estado de agitación en el que estaba.
- Claro - dije casi sin aliento. Luego subí la vista y me arrimé a hasta alcanzar sus labios y tocarlos con los míos. Lo besé desesperadamente mientras su lengua se introducía lentamente dentro de mi boca moviéndose incesante. Nuestras lenguas no tardaron en encontrarse envolviéndose una con la otra. Mi corazón latía cada vez con más prisa y un calor intenso se apoderaba de mí, amaba cada uno de sus besos, esa boca tan lívida me hacía perder por completo la razón. Tanto, que olvidé por un momento que a un costado nuestro el joven de pelo rojizo nos observaba. Abrí los ojos y pude ver que encendía un cigarrillo sin quitarnos la vista de encima. Noté que me miraba fijo a los ojos con una expresión seria en tanto expulsaba humo de la boca.
Me volví de nuevo hacia mi sensual compañero de habitación que bajaba de a poco al tórax de mi cuerpo dando pequeños besuqueos y deteniéndose a mordisquear uno de mis pezones.

- Aaaaahhh... - solté un súbito gemido que casi se oyó como un grito.

Giré de nuevo hacia nuestro espectador quien seguía observando y fumando el cigarrillo que traía en la mano. Levantó una ceja y luego volví a girar en dirección a mi bermejo acompañante. Éste continuaba apretando cada uno de mis pechos con sus blancos dientes. Al hacer esto algo en mi entrepierna comenzaba a cobrar ánimos.

- mmmm.... ¡Byou!

Él me miraba divertido con esa sonrisa provocadora en sus labios carmesí, signo de que tenía algo en mente, algo pervertido como siempre. Bajó la vista y posó una de sus manos en mi órgano masculino, el cual reaccionó inmediatamente. Byou carcajeaba perspicazmente al notarlo mientras se entretenía acariciando mi entrepierna que se vigorizaba cada vez más.
Después de unos segundos, puse una mano sobre la cabeza del joven rubio y lo conduje hasta donde se encontraban sus manos.

- ¿Así que eso quieres, preciosura?

Asentí con la cabeza. Él sacó la lengua, lamió el cierre de mi pantalón y luego lo desabrochó. Bajó el cierre y la tela de mi ropa interior, tomó mi órgano sexual en una de sus manos y comenzó a lamerlo y a chuponearlo. Cerré los ojos sintiendo que mis pálidas mejillas se acaloraban. Abrí los ojos, miré hacia abajo, esta vez mi atractivo amante chupaba la punta de mi pene para luego introducirlo definitivamente dentro de su boca. Volví a gemir. Me enardecía cada vez más, podía ver cómo su cabeza se movía de arriba hacia abajo con rapidez; podía sentirlo.

- Aaaaaaaahhhhhhhhh ......... aaaaaaaaaaaaahhh............ ¡Byou! .... - Era inevitable ya, gritaba su nombre a voces porque era lo único en que pensaba. En él, en su sensual forma de mirarme, en esos labios acaramelados, en su voz al decirme "preciosura" y en sus manos cuando me toca. Todo en él me encantaba, me excitaba hasta el delirio. Pero de pronto sentí una pequeña ventisca cerca de mi cuello, una nube grisácea que me cubrió por unos segundos. Reconocía un olor familiar en esa niebla, era humo. Eché un vistazo hacia atrás, Hitsugi estaba parado a mis espaldas fumando sobre mi hombro. Se pegó a mí tomándome de la cintura con una mano, con la otra sostenía su cigarrillo y con la boca besaba mi cuello. Byou seguía succionándome activamente mientras percibía que la mano libre del recién llegado se deslizaba hasta mis nalgas mintiéndose por dentro de mis pantalones y de mi ropa interior. Apoyó su otra mano en mi abdomen (cuidando de que el cigarrillo no tomara contacto con mi piel) para poder atraerme hacia él al tiempo que introducía en mí un dedo de su otra mano. Lo miré sorprendido pero no pude alcanzar a reaccionar y alejarme de él pues poseía unas manos muy hábiles que, conjuntamente con las acciones frenéticas de Byou, me dejaban inmovilizado. Descansé una de mis manos sobre la rodilla de quien estaba detrás mío tirando de sus pantalones negros y arqueando la espalda. El efebo* enfrente mío cesó sus actividades, retiró mi órgano viril de su boca pausadamente y se paró quedando frente a mí sin dejar de masturbarme con la mano. Se acercó a Hitsugi sacando la lengua y éste respondió de la misma manera. Ambos jugueteaban entre sí con sus lenguas conmigo atrapado en medio de ellos, ardiendo como si fuera a cocinarme a fuego lento sobre una ornalla. El calor que experimentaba me hacía sudar incesantemente, ellos sometían mi cuerpo en una irrealidad placentera repleta de luces danzando fugazmente a través de mis ojos cerrados. Luego sentí que una mano me tomaba de un brazo y de la nuca, me condujo unos pasos hacia un costado y caí sobre algo suave y cómodo. Abrí mis ojos, estaba encima de una cama con sábanas blancas y unas almohadas al pie de la cama superior. Apoyé boca abajo las manos y las rodillas sobre el blando colchón expectante de lo que sucedería a continuación ¿Quién de los dos sería el que me penetraría? ¿Byou, o quizás el reciente invitado? Aunque no quería admitirlo, estaba ansioso, quemándome por dentro, deseando tener sobre mí el cuerpo pálido y sedoso de ambos, pero fue el joven pelirrojo quien se acercó primero y se situó detrás mío. Apoyó firmemente su miembro endurecido que aún permanecía dentro de sus pantalones. Bajó el cuerpo y situó su cabeza cerca de mis oídos quedando así su cuerpo encima del mío. Movía su pelvis en círculos sin despegarse de mí y con una mano masturbaba mis erección. Creo que me decía algo en voz baja cerca de mi oreja, pero no pude entender lo que decía, pero sí pude captar que paseaba su lengua en mi lado frontal de la cara. Comencé a jadear agitanadamente y a mover mi cintura hacia él. Mis brazos temblequeaban tanto que casi no podía sostenerme. Hitsugi continuaba tocando mis genitales y esta vez empujando su miembro contra mis nalgas. Lo que me decía al oído aún no era claro para mí, pero era suficiente pera que decidiera poner fin a estas ansias insoportables. Despegué una de las mis manos de la cama y busqué presurosamente el cierre de sus pantalones. Él, al darse cuenta del movimiento de una de mis manos, me ayudó a bajar el cierre del mismo desabotonándolo. Palpé su vientre y por debajo de su prenda íntima tomé su miembro masculino. Esta vez sí pude entender lo que mascullaba a mi oído.

- Así, lindura, suplícame y te daré lo que quieres.

Estaba tan acalorado y excitado que hice lo que me decía. Acerqué mi boca hasta la suya y le imploré en voz baja.

- Métela, por favor. Deléitame con tu cuerpo.

Él sonrió y me besó. Tomó su propio órgano sexual y lo introdujo en la abertura de mis nalgas.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh! .....
- Suplícame.
- ¡Aaaahh, fóllame....!

El joven de cabellos escarlata se levantó un poco quedando arrodillado sobre la cama, se despegó de mí espalada y comenzó a impulsarse despacio, en un principio. Empujando su vientre contra mí, de atrás hacia adelante y sosteniendo mis hombros.

- Mmmmmmmmmm..... ¡aaaaaahh! - Sentí cómo mi respiración se me dificultaba cada vez más mientras mi acompañante me bombeaba con más rapidez.
- Di mi nombre chiquillo, di cómo me llamo.
- ¡Hit-Hitsugiii....... aaahhh!
- ¿Cómo?
- Hitsuugiii - El joven dio unas palmadas suaves a una de mis nalgas. No lo creía, sin duda esta una de las noches más activas de mi vida.

Se acercó de nuevo a mi oído y me susurró de nuevo en voz baja.

- ¿Te gusta esto lindura?

Con una mano me tomó de la nuca forzándome a inclinar la cabeza apoyándola en la cama e intensificó sus movimientos.

- Contesta, ¿Esto te gusta?
- ¡Síiii.... ahhhh.... aaaaaaaaahhhh .... mmmmmm!

Su miembro era voluctuoso y extenso. Se introducía con fuerza y firmeza sobre mi entrada y yo apretaba con vigor las sábanas de la cama suspirando entrecortado.

- ¿Qué esperas Hitsu? Él quiere más ¿No es así preciosura?

Acurruqué mi cabeza enfrentándola al colchón y bajándola un poco hacia mi cuerpo con los ojos cerrados. Nuestro invitado masturbó con más prisa mi erección y volvió más profundas y aceleradas las penetraciones.

- ¡¡¡Aaaaaaahhhhhhh...........aaaaaaaaaaaa.................mmmmmmmmmmm.....aaaaaaa!!! - Yo suspiraba desesperado y gritando.
- ¿Te gusta?

No quise contestar, entonces el joven se impulsó con más fuerza que no pude soportarlo y terminé eyaculando de repente. Se separó de mí y lanzó una sustancia espesa y blanca sobre mi espalda.

- Oye, no hagas eso, déjame eso a mí Hitsu.
- Lo siento Byou, es que este joven es delicioso.

Me tumbé sobre la cama agitado tratando de recuperar el aliento que me habían robado.

- No descanses aún preciosura, te dije que esta noche te quería para mí.
- Deja que descanse, mientras podemos inspirarlo un poco para que se anime ¿No?
- Claro.

Me quedé acostado sobre la cama viendo cómo ambos adolescentes se acariciaban entre sí y se desvestían el uno al otro. Hitsugi besaba de manera osada el pecho de Byou y lo despojaba de sus pantalones. Descubrió con sus manos su órgano viril y no tardó en metérselo a la boca. No podía dejar de mí mirar la escena, aquellos deslumbrantes seductores acaparaban en absoluto mi atención.
Me senté sobre la cama para observar mejor el espectáculo. Todavía estaba algo agitado.
Me quedé pensando, mientras veía la forma en la que el mancebo* de cabellos rojizos jugaba entretenidamente con el miembro de Byou, que ambos se conocían ya desde antes, de seguro era uno de sus amantes predilectos con los que se veía frecuentemente. Pero no lo veía por el colegio, así que supongo que se deben conocer de otro lado. Cavilaba en mi mente en qué medida eran amantes y "amigos". Ahora que recuerdo, ni siquiera me lo presentó, él llegó y se presentó solo conmigo. Pero no podía dejar de admitir que era bastante atractivo y un buen amante.
Luego algo me sacó de mi ensimismamiento prematuro y noté que el apuesto rubio se había montado sobre el recién llegado, quedando éste desnudo boca abajo con las manos y rodillas sobre el suelo. Lo siguiente que vieron mis ojos, fue que Byou introducía lentamente su extremidad genital dentro del invitado y hacía un onanismo* con una mano mientras éste se movía hacia atrás.

- Jaja, no te apresures Hitsu.

Sus labios carmesí sonriendo mientras penetraba a su invitado. No lo miraba a él, dirigía su vista directamente hacia mí, con esa expresión impúdica en el rostro. Me miraba incitante y pude advertir que me decía algo pero sin producir sonido alguno de boca. Me lanzaba fijas miradas obscenas y cargadas de lujuria. Comencé a agitarme de nuevo, sentí cómo me oprimía el pecho otra vez. Esa mirada suya mientras dominaba el frágil cuerpo de aquel joven que jadeaba desesperadamente. Me acerqué sin darme cuanta hasta donde ellos estaban y me lancé sobre los labios del anfitrión de la casa, lo besé exagerado y sin medirme. Él posó sus manos sobre mis mejillas por debajo de mis cabellos ambarinos* correspondiéndome de la misma forma. Cerré mis ojos sin pensarlo y cuando me di cuenta estaba en el piso con él sobre mí, y noté que detrás suyo estaba el pelirrojo invitado lamiendo la piel de sus hombros. Me dejé llevar de nuevo, abracé el torso desnudo de Byou y poco a poco pude percibir de nuevo la presencia de un objeto alargado que se infiltraba en la abertura de mi torso trasero, y creo que Hitsugi hacía lo mismo con Byou. Bo pude verlo claramente, la intromisión del miembro de mi acompañante me afectaba tanto que cerraba los ojos imaginado solamente su rostro. Tenía la imagen clara de él sobre mí, de cuando me mira con ese gesto provocativo tan usual en él. ¿Qué hacía yo pensando de esa manera en él en este momento? Sabía que estaba envuelto en una juego de seducción con su acompañante, pero algo más emergía de mí.

- aaa-aaa-aahhhh-hhhhhh........ - Produje un grito entrecortado. Mi compañero empujaba violentamente su cuerpo contra el mío haciéndose profundo y acelerado. Se impulsaba con fuerza y cada vez más rápido. Creo que intentaba llamarme preciosura mientras continuaba penetrándome salvajemente, él también cerraba los ojos y era sujetado de la cintura por el sensual joven de cabellos de fuego. Sin darme cuenta, casi rozo una de las patas de la cama con la cabeza, nos habíamos acercado sin saberlo. En el tiempo que me daba cuenta de lo cerca que nos encontrábamos de la cama, Byou bajó un poco su cabeza y se agarró del margen de la cama impulsándose aún más, cerré los ojos con fuerza por unos segundos, gritaba ahogadamente mientras lo veía sonriéndome encima mío. Pronto la imagen que se encontraba enfrente mío comenzó a nublarse y a oscurecerse, veía cada vez más lejano el hermoso rostro de Byou hasta que sólo pude ver una total oscuridad....



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*Efebo: Adolescente, joven.
* Mnacebo: Joven, adoloescente.
* Cavilar: Pensar en algo o sobre algo con insistencia y preocupación.
* Onanismo: Masturbación.

* Ambarino: De color amarillento.

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me reservo los comentarios 

kelly te pasaste esta genial XDDD 

grx  

lunes, 10 de mayo de 2010

El chico de la sonrisa encantadora. Cap 3

Título: El chico de la sonrisa encantadora.
Autora: Kelly
Protagonistas: Genki y Byou
Narración: Primera persona


Cap. 3: Sin salida


Agitado, tomé unos segundos para recuperarme y luego me vestí lentamente. Él a su vez me miraba divertido con esa fascinante sonrisa que me gustaba tanto, no pude evitar quedármele viendo la manera en la que me sonreía, con esos labios de miel tan dulces. De pronto, me salí de mi trance y recordé mirar la hora. Fijé mi vista hacia mi reloj de muñeca, eran las 6:02 PM, mis padres y mi hermano llegarán en cualquier momento.

- Byou, mis padres están por llegar, debes irte.
- ¿No puedo quedarme un rato más? - Me decía con una irónica mirada triste. Pero antes de que pudiera contestar, en la planta baja se oyó un portazo ligero seguido de unas voces.

- Genki ¿Estás en casa?

Salí de mi cuarto y desde el barandal miré a mi madre.

- Oh, ahí estás, por favor ven aquí y ayúdame con... Ah, trajiste a un amigo - Mencionaba al ver a Byou que salía del cuarto y se situaba junto a mí.
- Sí, es un compañero del colegio - le contesté.
- Oh, qué bien, bajen así puedo saludarlo.

Miré indignado a mi acompañante y bajé con él las escaleras para encontrarse con el resto de mi familia. Mi madre siempre tan afectiva con las visitas lo recibió alegremente. Lo miró y apretó sus mejillas.

- Pero qué muchacho tan apuesto, de seguro debes tener muchas admiradoras - Y estaba en lo cierto Ese desgraciado tenía enloquecido a la mitad de la escuela.

- ¿Y tú quién eres mocoso? - Mi hermano preguntaba con desdeño.
- Me llamo Byou, mucho gusto - Mostrando una cálida sonrisa.
- Hijo, cariño, no seas descortés con nuestra visita.

Mi hermano lo miraba fijo y de manera extraña y hostil. Me daba la impresión de que no le caía bien por alguna razón, pero luego se alejó sin decir nada y subió a su habitación. Mi padre llegó y se presentó con nuestro invitado.

- ¿Te quedarás a cenar? - Preguntaba mi madre con la intención de convidarlo a comer con nosotros.
- No, en realidad esperaba que ustedes dejaran que Genki cenara en mi casa esta noche. Venía a invitarlo ¿podría quedarse a dormir? Invité a unos amigos también para que se conozcan mejor con los demás chicos del colegio.
- Claro, suena bien. Genki no es una persona de tener muchos amigos, sería estupendo que se integre a esta nueva escuela y haga amistades.

Esto era el colmo, no sólo iría a su casa sino que me quedaría a dormir bajo la excusa que intenta integrarme a su grupo de amigos. Momento ¿Y si es verdad? ¿Y si realmente quiere invitar a personas a que pase la noche con ellos? Quién sabe las cosas que hará de mí si es así.
Subí con él a mi habitación a buscar mis cosas para salir. Una vez dentro, cerré la puerta y lo miré enfadado.

- Eres... un sinvergüenza.

Él se reía pícaramente pues había conseguido lo que quería ¿Acaso no le bastaba con el encuentro que tuvimos hace sólo un momento? Yo estaba molesto, pero él se divertía viéndome así. Cargué las carpetas con las materias que tendríamos el día de mañana, un par de prendas para dormir y un uniforme limpio para llevarlo a clases mañana. Bajé junto con él, me despedí de mis padres y luego salimos al exterior de mi casa. Una vez en la calle pude hablarle con libertad.

- ¿Qué es lo que pretendes?
- ¿Qué no es obvio? Quiero tenerte una noche para mí solo.

Al oir eso un repentino escalofrío pasó por mi cuerpo. Así que suyo ¿eh? No quería pensar en la clase de cosas que sucederían esta noche, pero aunque no quiera admitirlo me gustaba.
Llegamos al fin a su casa. Una vivienda pintada de azul con líneas blancas, muy elegante. Por dentro, era espaciosa y lujosa. Los pisos de maderas bien lustrados, muebles finos y paredes blancas. Era una verdadera belleza de hogar.

- ¿Y bien, dónde están tus padres?
- Ellos no viven aquí, vivo solo.

Me asombré al escuchar esto. ¿Así que estaríamos solos, toda la noche sin la presencia de un tutor a cargo? Era peor de lo que imaginaba.

- Jajaja, pareces asustado, preciosura - Bajando la voz y acercándose a mis oídos - Prometo que vas a pasarlo muy bien.

¿Por qué tenía que acercarse así y hablarme de esa manera? Me excitaba tanto que hiciera eso y a la vez lo odiaba.
Bajé mis cosas en un sillón en el living y me quedé viendo la casa. Me sorprendió ver todo tan limpio y ordenado, no parecía de esos chicos preocupados por la limpieza. No lo creía.

- ¿Cómo es que vives solo?
- Mi padre es dueño de una empresa de electrodomésticos y mi madre una doctora. Esta harto de escuchar siempre de ellos "estudia esto, no, estudia lo otro" "Has esto, no, has lo otro". Siempre diciéndome lo que tengo que hacer. Por eso decidí mudarme a esta casa que ellos me dieron.
- ¿Y cómo es que te las arreglas para que este lugar esté limpio? - Byou se echó a reiír.
- Sí, lo sé. No crees que yo pudiera mantener este lugar por mis propios medios ¿verdad?
- Lo dudo, no creo que tú seas capaz de mover una escoba y ponerte a barrer. Muero por ver eso.
- Y nunca lo harás, tengo a una empleada que viene todas las mañanas a limpiar.
- ¿También te acuestas con ella?

Esa pregunta pareció descolocarlo porque me miró fijo a los ojos por un momento, se acercó despacio, me tomó de los hombros suavemente y arrimó sus mejillas cerca de las mías. Éstas se rozaron levemente y luego me susurró algo al oído.

- ¿Acaso estás celoso, preciosura?

Sentí cómo el corazón se me aceleraba con prisa y yo comenzaba a temblar. Entonces reaccioné inmediatamente y lo separé de mí empujándolo.

- No, Era sólo una pregunta. ¿Vas a contestarme?
- ¿Por qué te importa eso? -

Era cierto ¿Por qué habría de importarme? Por alguna razón eso me inquietaba, sentía la necesidad de saberlo.

- Viendo cómo eres no me sorprendería que te acostaras con tu propia empleada.
- Pues no. Es una señora mayor, casada y con tres hijos. Hasta tiene nietos.
- Oh, ya veo, y... de seguro tienes muchas visitas a tu casa ¿no?
- No, tantas como te imaginas - Y dicho esto dio media vuelta y se retiró hacia la cocina - ¡¿Quieres algo de beber, preciosura?! - Me gritaba desde allí abriendo la heladera.
- ¡No! ¡¿Y cuándo dejarás de llamarme así?!

Al regresar se apoyó en una de las jambas* de la puerta que daba hacia la cocina mirándome de nuevo con esa sonrisa indómita* suya. El timbre sonó de pronto.

- Ya vino, era hora de que lo hiciera.
- ¿Quién?
- Un amigo - Se dio vuelta hacia mí arqueando las cejas.

Dios, no quería imaginar para qué venía.
Abrió la puerta y ahí estaba, un chico no muy alto de pelo lacio y rojizo con algunos mechones negros que le llegaban hasta el cuello. Vestía una remera blanca y encima una campera negra y larga hasta las rodillas junto con unos pantalones negros y zapatillas del mismo color. Llevaba guantes oscuros y numerosos pearcings en la boca y orejas y algunos en las cejas.

- Hola Byou, ¿este es el muchacho del que me hablabas? - Byou asintió con la cabeza al tiempo que cerraba la puerta y el recién llegado entraba a la casa - Hola, soy Hitsugi ¿Y tú? ...


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* Desdeño: Menospreciar, tratar con desdén. Despreciar o desestimar.
* Jamba: Cualquiera de las dos piezas verticales que, puestas en los dos lados de las puertas o ventanas, sostienen el dintel o el arco de ellas.

* Indómito: No domado. Díficil de reprimir.


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y ay es cuando todos decimos wtf? xDDDD

 grax amor *_*

viernes, 7 de mayo de 2010

El chico de la sonrisa encantadora. Cap 2

Título: El chico de la sonrisa encantadora.
Autora: Kelly
Protagonistas: Genki y Byou
Narración: Primera persona


Cap. 2: Una visita inesperada.


Otro día comenzaba. Mi segundo día de clases estaba por empezar. Me desperté aún con el sabor en la boca de esos labios de miel que me habían besado ayer. Incluso cuando bajé a desayunar, nada me sabía tan rico como aquella boca. Estaba trastornado definitivamente.
Cargué mis últiles en la mochila y luego salí de la casa.
"Te veré mañana". Eso dijo ¿no?
Las escenas, y cada palabra que sostuve con él venían a mi mente. Mientras caminaba lentamente hacia la escuela, se repetían una y otra vez en mi cabeza. Ahora entendía por qué tenía embelasado* a toda la escuela. Era un verdadero seductor ¿Quién podría resistirse a sus encantos, a esa sonrisa, a esos cálidos brazos? Y como si fuera poco, yo también parecía estar bajo su hechizo. Esto era el colmo. Al reflexionar sobre esto me disgusté conmigo mismo: ¿Yo? ¿caer también en las redes de ese maníaco seductor? Ja, no, claro que no.
Caminé decidido hasta el colegio y por entre los pasillos a minutos de empezar las clases ahí estaba él, desplazándose sosegadamente entre la gente. Parecía una luciérnaga brillando en medio de noche. Luciendo su típica camisa blanca y esa campera dorada con el cuello alto. Con esos cabellos áureos* al viento y ese caminar despreocupado. Y el colmo de la exageración de su belleza, era ese rostro perfectamente impecable acompañado de esa dulce boca carmesí. No supe por qué mis latidos comenzaron a acelerarse en ese momento. Quisás era por los nervios de lo que había pasado el día anterior. Lo que sea que hubiese sido, me alejé lo más que pude en dirección contraria a ese joven y entré rápidamente a mi aula. Era el primero en llegar. Los demás aún no habían entrado al salón. Pero no importaba, era mejor que estar afuera y ver de nuevo a ese presumido que se creía el dueño del colegio. Así que me acomodé en un asiento a un costado junto a la pared, me puse mis brazos en el pupitre y sobre ellos mi cabeza. Aún me seguía latiendo el corazón.

- Hola presiosura.

Esa voz, no podía ser, era él. Levanté mi cabeza y ahí estaba, parado en el umbral de la puerta del salón. Me sorprendí tanto al verlo allí.

- Hola - dije yo con voz apagada.
- ¿Qué sucede presiosura? ¿Por qué estás tan solo? ¿No quieres compañía? - Me decía sonriendo jactancioso.

¡Demonios! ¿Por qué tiene que ser tan adorable? Odiaba esa petulancia suya, pero amaba que me diga preciosura.

- No. Pronto llegarán mis comapañeros y dentro de poco comenzarán las clases, deberías ir a tu salón.
- ¿Siempre eres tan estructurado? Bien, entonces te veré en el almuerzo.
- No - comencé a incomodarme imaginándome en que podría terminar como ayer e inventé una excusa - Pieso quedarme con algunos compañeros para ponerme al corriente con los contenidos que vieron ayer en las clases que falté.
- Ok, está bien. Entonces te veo a la salida - y dicho esto dio media vuelta y se fue. No pude siquiera rechazar ese encuentro.

Minutos después de que él se fuera, mis dos compañeros, Ryoga y Airan, junto con unos cuantos más ingresaron al aula. Al verme Airan se abalanzó de un salto sobre mí.

- ¡Dios! ¿Dónde te habías metido ayer? - me decía con una sonrisa inquisidora.
- Am... tuve un problema y tuve que irme a casa.
- Jajajajaja - reía a carcajas de manera irónica - No inventes mentiras como esas conmigo, ni siquiera suena creíble. Podrías al menos decir que tu madre llamó diciendo que algo había sucedido en tu casa y tenías que ir urgentemente, o alguna excusa más creíble, jajaja. Nonono. Pero definitivamente a mí me dirás la verdad. ¿Fuiste a verte con el chico de la campera dorada, cierto?

Me sorprendí enormemente al escucharla hablar así, pero hice un esfuerzo para no demostrarlo. Sin embargo, no encontré argumento alguno que me sirviera para eludir a sus preguntas.

- Sí.

Esa ahogada afirmación bastó para que la joven bailoteara de emoción a mi alrededor.

- Lo sabía, lo sabía.
- Shhh, cálmate. No es algo que quiero hacer público, así que si te importa, me gustaría que no lo divulgaras y bajes la voz.
- Esta bien, pero vas a contármelo todo - me decía mientras se sentaba en un asiento junto al mío y dejaba caer su mochila a un costado de la silla, y el otro mancebo hacía lo mismo.
- Ahh... no sé qué es exactamente lo que deseas saber...
- ¿Cómo dices? Vamos, quiero saberlo todo. ¿Qué hicieron toda la tarde que desaparecieron?
- ... Bueno... - no sabía cómo decir que aquel joven había mantenido relaciones sexuales conmigo. Era un tanto incómodo. Me quedé en silencio varios segundos ensayando la manera de responder a las demandantes preguntas de mi compañera mientras ella comenzaba a impacientarse.
- Vamos, dinos. ¿Te besó? ¿Te tocó? ¿Qué fue lo que hiceron?
- No me siento cómodo hablando de algo tan privado, sólo puedo decirte que él se salió con la suya - Y acto seguido bajé mi cabeza de nuevo hacia mis brazos mientras escuchaba los gritos de júbilo de Airan.
- Eres unverdadero afortunado.
- Pero no es sorpresa que te hubiese elegido. El chico se acuesta con medio colegio - acotaba Ryoga.
- ¡No seas cruel! Además, sería un placer pasar por esos brazos cálidos y...
- Pero si sigues así nunca lo harás.
- Ni tampoco creo que lo haré. El chico es exigente según parece - decía la zagala algo desanimada.
- Por qué no intentas ir a buscarlo.
- ¿Cómo crees? Yo estoy esperando que él me invite, no puedo ir así como así, no tratándose de mí, ja.
- Pero todas lo hacen.

Ambos amigos discutían mientras yo pensaba en la manera de actuar de este atractivo muchacho.
Después de unos minutos el pofesor de literatura entró con su portafolios, lo arrojó sobre la mesa y, después de saludar a toda la clase comenzó a dictar clases.


Cuando llegó la hora del almuerzo, me reuní con mis compañeros para copiar las tareas y los dictados que nos habían dejado ayer. Después de todo, la mentira que le había hecho al adolescente de cabellos de oro resultó siendo verdadera.


Una vez terminada las clases del día de la fecha, me dirigí hacia mi casillero para guardar algunos libros y llevarme otros a casa para realizar las tareas que nos habían dejado. Y en ese momento, una mano me pasó rozando la mejilla al situarse sobre la pared del casillero. Al darme vuelta el apuesto mancebo de campera dorada estaba situado atrás mío.

- Hola preciosura.
- Tengo un nombre ¿Sabes? Y no es preciosura - le dije casi gruñiendo, pero él tan sólo se decicó a reirse - Te acompañeré de nuevo hasta tu casa, pero antes podríamos pasar por el baño - al decir esto paseaba sinusuosamente su lengua por sobre su labio superior.
- No. Tengo cosas que hacer, no puedo perder el tiempo así.
- Ok entonces sólo te acompañaré.

Me quedé mirándolo unos instantes como tratando de sonsacarle la razón por la cual se ofrecía a acompañarme. Seguramente trataría de seducirme de algún modo y conducirme hasta un lugar cerrado, donde haya un poco de privacidad. Parecía extraordinario que me econtrara con una situación así, tratando de escapar de las seducciones de un pervertido. Sin duda este año se volvía interesante y para nada aburrido.

- ¿Qué es lo que miras, preciosura?

No contesté en ese momento. Pero encuanto él comenzó a hacercarse visualizando mis labios, reaccioné institivamente girando para salir del colegio. Sentí cómo carcajeaba divertido a mis espaldas.
Salimos del edificio rumbo hacia mi casa. En el trascurso del camino me hablaba sobre él, sus años en el colegio, y a la vez me hacía preguntas a mí.
Al llegar hasta la esquina de mi casa hechó una mirada hacia el horizonte.

- ¿Qué sucede? ¿Qué miras?
- Trato de adivinar en donde vives.
- ¿Por qué?
- Quiero conocer tu casa, dime cúal de todas es - avanzó unos pasos en dirección preguntando en cada casa que veía si era en la que yo vivía.
- ¿Es esta? - señaló una vez llegada a la tercera casa.
- Sí - lo miré expectante.

Se quedó examinándola por un rato, mirandola de arriba hacia abajo hasta que decidió cruzar por sí sólo el portón negro a regas..

- ¿No vas a invitarme a pasar? - decía mientras ingresaba por un sendero de cerámica hacia el jardín en dirección a la puerta de mi casa.
- ¡Ey, espera!
- Oye vamos, invítame a tomar un vaso con agua al menos. No seas descortés.

No pude más que mirarlo con cara de pocos amigos pero accedí a abrirle la puerta. Ambos ingresamos hacia adentro e instantáneamente comenzó a recorrer todo el lugar. Primero se dirigió hasta la cocina, luego al comedor. Después subió por las escaleras y usmeó en cada habitación disponible. La primera que halló, se encontraba adornado con posters de mujeres en ropa interior en las paredes, el cuanto desornado con ropa tirada por el suelo y la cama desarreglada. Luego pasó a la siguiente, ésta contenía una cama matrimonial con las paredes de color beige. La siguiente habitación se encontraba aseada, con paredes blancas y una cama de 1 1/2 con un manto rojo. Al verla, ingresó en ella adivinado que esa era mi habitación.
Una vez adentro empezó a toquetear toda cosa cuanto se le cruzara por el camino: una caja de lápices, el armario, una fotos sobre el escritorio, unos papeles, etc.

- ¿Qué es lo que buscas?¡ No toques eso! - le decía mientras le quitaba de las manos un recuadro.
- Así que un premio al chico más veloz ¿eh? ¿Competías en tu anterior escuela?
- Sí, pero no toques nada más.

Y echando una mirada hacia el resto de la habitación - Este es sin duda tu cuarto.
- ¿Cómo supiste?
- No tienes la apariencia de ser alguien desordenado, sino más bien responsable. Creía poco probable que la primera habitación fuera la tuya.
- Crees saber mucho sobre para haberme conocido tan solo ayer.

Byou sólo me miró fijamente a los ojos sin decir una palabra. Luego se acercó a mí llevándome hasta la puerta y al llegar a ella, pasó un brazo sobre mi cintura mirándome aún fijamente. Giró la llave dentro de la cerradura de la puerta. No había nadie en casa.

Con esa sonrisa deliciosa, lentamente posó sus manos sobre mi cintura deslizándolas hacia arriba. Quise alejarme pero me llevó de nuevo hacia él tomándome de los hombros y acto seguido de abalanzó hacia mi cuello besándolo suavemente. Comencé a respirar agitadamente e intenté despegarme de él, mis padres podrían regresar pronto junto con mi hermano y verme en esta situación no sería nada grato. Mientras me alejaba paulatinamente, él me seguía, firme insistencia de tenerme nuevamente y hacer que caiga en su juego de seducción. Luego recordé que el resto de mi familia no regresaría hasta las 6 de la tarde y, debido a que eran las 5, me rendí a sus encantos finalmente. Él dejó de juguetear con mi cuello, levanté la cabeza hacia arriba y el joven seductor me regaló uno de sus tan deseados besos. Sedosos y humeantes labios asolándome en una tarde calurosa al tiempo que sus manos se pasean inquietas sobre mi piel. Era tan plácido sentirlo sobre mí, rodeándome de manera hambrienta y desesperada. Sin pensarlo, inconcientemente puse también mis manos sobre él acariciándole el abdonem por debajo de la camisa que llevaba puesta. Pareció gustarle, ya que él mismo, agarrando mis manos se las pasó por su pecho y espalda. Pude percibir cada parte de su piel, era tersa y suave. Incluso, pasando por su espalda, me animé a bajar un poco más. Estaba totalmente perdido en esos labios de fuego, perdido en un espacio distinto al de mi habitación en donde estabamos sólo él y yo.
Luego de unos instantes, el joven sujetó una de mis manos y las situó sobre su cadera haciendo que bajara secuencialemente hasta tocar su entrepierna. Senti que algo consistente se hallaba debajo del cierre de mi acompañante. Con sus manos, me guió cómo debía acariciarlo, pero aunque no tenía experiencia lo sabía, o por lo menos tenía una clara idea de cómo hacerlo. Abrí el cierre de su pantalón y al descubrir su miembro lo tomé entre una de mis manos masturbándola arduamente. Acelerando el movimiento de mi mano, Byou soltó unos gemidos ahogados de placer y seguido de eso me besó vorazmente, como si quisiera comerme. Me abraza con fuerza umpujándome contra la pared y acariciando mi espalda. Sus uñas se clavaban apretándome a su vez contra él, mientras mis movimientos no cesaban. Presentí un murmullo casi entrecortado en uno de mis oídos:

- Acelera el paso preciosura....

La sensualidad de sus palabras no perdían su toque bajo ningún aspecto. Cumplí su petición y me propuse hacer más intenso el desplazamiento contínuo de mis manos y él, tomándome del cuello me llevó hasta donde se encontraba mi mano. Inmediatamente compredí lo que deseaba, así que procedí a introducir su miembro dentro de mi boca continuando la labor que hacía con las manos. Podía oirlo gritar al tiempo que apoyaba los antebrazos sobre la pared. Creo que me observaba, podía percibir su mirada sobre mí, pero no pude alzar la vista, tenía mis ojos fijos sobre el órgano erguido de mi acompañante. No llegaba a cubrirlo enteramente con mi boca, ya que era bastante prolongado. Hasta que de repente, un líquido claro y espeso salió de éste. Pero a pesar de eso seguía firme, tal como lo había sentido hace unos momentos. Miré hacia arriba y él me miraba posando una de sus manos contra la pared. Nuevamente esa mirada pícara y profunda. Me levantó hasta quedar parado nuevamente, me tomó del mentón con una de sus manos suaves y me besó nuevamente, tal como la vez anterior. Rápidamente me despojó de mi camisa y de mis pantalones. Me levantó quedando contra la pared y rodeándo mis piernas en su cintura. No dejaba de besarme. Sus manos ágiles acariciaron mi torso desnudo y se introdujo dentro mío aquello que sostenía anteriormente. Aún me dolía. No me acostumbraba todavía. Pero sin embargo me gustaba. Se movía lujuriosamente pero al mismo tiempo con cuidado. Creo que él sabía por lo que debía estar sintiendo, después de todo, es alguien que posee experiencia en estas cosas. Se mantuvo así por un tiempo al principio, luego cedió a sus deseos apasionados y comenzó a hacer sus empujes cada vez más profundos y violentos. Tuve que contenerme para no gritar, quisás los vecimos podrían oír y eso no sería bueno, pero parecía inevitable, era tan salvaje y vigoroso. Jadeaba insesante de las misma manera que él lo hacía en uno de mis oídos. La tarea se aceleraba cada vez más, y cada vez más, se hacía más veloz. Hasta que por fin se detuvo.

-.................aaaggg ...


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Glosario:

* Embelesar: Arrebatar, extasiar, cautivar los sentidos.
* Áureo: Adj. De oro o parecido al oro.

* Jactar: Alabarse excesiva y presuntuosamente.



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grax amor  


espero que lo disfruten 

lunes, 3 de mayo de 2010

El chico de la sonrisa encantadora. Cap 1 (yaoi)

Título: El chico de la sonrisa encantadora.
Autora: Kelly (lo iso mi novia yo soy muy mala para escribir XD)
Protagonistas: Genki y Byou

Narración: Primera persona

Introducción: Genki, un joven estudiante del 2° año de secundaria, comienza un nuevo año escolar. Siendo nuevo en el colegio, comienza a conocer nuevas personas y a conformar nuevas amistades, hasta que conoce a Byou, un estudiante de 3°, el típico chico popular pero gran seductor que vuelve loca a toda la escuela. Después de un encuentro amoroso con él, descubre que está enamorado de él pero sabe que esto es un error ya que su amado mantiene relaciones con medio establecimiento. ¿Cómo terminará todo esto? (la verdad es obvio, qué puedo decir, pero será divertido llegar hasta ese final n.n )


Capítulo 1: La enfermería

Un nuevo día comienza. Me desperté temprano y me alisté para mi primer día de clases. Puse en mi mochila verde agua, unas cuantas carpetas, unas lapiceras y alguna golosina para comerla en los recreos. Nunca me gustó llevar mochilas, era algo a lo que no pude acostumbrarme, pero mi madre siempre insistía en ello.
Eran las 7 de la mañana, temprano aún. El nuevo colegio quedaba a pocas cuadras de mi casa así que iría caminado. Me gustaba el aire temprano de las mañanas, aún me gustan.
Cuando llegué al enorme instituto, el lugar se hallaba repleto de personas. Jóvenes paseándose zigzageando de un lado a otro buscando sus aulas y sus casilleros. (es una mezcla de colegios yanques porque usan casilleros y almuerzan ahí; y cole al estilo argento por lo de secundaria xD) De la misma manera, yo buscaba el mío mientras miraba perplejo el establecimiento, la blancura en sus paredes, los bastos salones y las decenas de personas que pasaban a mi lado. Pero algo en medio de toda aquella multitud captó mi atención decididamente. De entre todas las personas, un alto y apuesto joven de rubia cabellera, radiante como el sol, con unos cautivadores ojos verdes que vestía una semi olgada camisa blanca algo desabotonada con el cuello alto, y encima una delgada campera dorada junto con unos pantalones y zapatillas negras. Me quedé estupefacto al verlo allí, caminando suavemente por el pasillo atrayendo la mirada de unos cuantos y la mía a su vez. Su mirada perdida, totalmente despreocupado mirando serio de un lado hacia otro, con un aire altanero en su rostro cual noble príncipe que mira engreído a sus subleados lacayasos. Pero de pronto su mirada se concentró lentamente en mí. Yo que lo miraba asombrado desde la esquina de una de las paredes. Y pronto, una pequeña sonrisa deliciosa se perfiló en esos labios rojos, junto con una expresión juguetona como quien mira a su presa antes de devorarla. Se acercó tranquilamente hacia mí a paso firme y sereno. Yo, por mi parte aparté de inmediato mi vista y giré a uno de los costados finjiendo buscar también mi casillero. Creí que se iría hacia otro lado o que seguiría caminado, tanto así que al sentir su presencia detrás mío me estremeció y noté que algo se arrimaba a mis oídos. Una voz dulce e impúdica me hablaba suavemente en un susurro.

- Si gustas, puedes verme en el almuerzo al final del pasillo doblando la derecha.

Un súbito escalofrío recorrió todo mi cuerpo seguido de unas secuenciales palpitaciones. Cuando me di vuelta, aquel joven exuberante ya no estaba. Después de eso, al ver la hora, 7:30, comprendí que debía apresurarme para llegar a tiempo a mi primera clase. Pronto encontré mi casillero y mi aula. Una vez dentro y ya empezada la clase, seguí pensando en aquel chico ¿Que lo viera en el almuerzo? Debía estar loco para ir ¿Por qué lo haría? ¿Qué era lo que haría allí? ¿Para qué se suponía que lo vería? Miles de preguntas sin sentido se paseaban en mi cabeza mientras el profesor explicaba las normas de convivencia, los libros que utilizaríamos y la forma de trabajar el resto del año. Todo eso no tenía importancia para mí, estaba maravillado con la silueta de aquel chico que me habló suavemente al oído. Sin darme cuenta estaba en una nube de pensamientos en donde ese joven era la atracción principal.

- Hola, qué aburrido es el profesor ¿Cómo te llamas? - Me preguntó un muchacho delgado con ojos luminosos que estaba al lado de una señorita de castaños cabellos.
- Sí, es verdad, estas presentaciones son fastidiosas. Me llamo Genki ¿Y tú?
- Yo soy Ryoga - contestaba el chico.
- Y yo soy Airan - añadía la joven al lado de Ryoga - Eres nuevo en la escuela ¿cierto?
- Sí, lo soy. Me mudé a esta escuela porque el nivel educativo de mi anterior escuela era muy bajo y además me quedaba algo lejos - Respondí.
- Ah, ya veo - proseguía Airan
- Y diganme ¿ustedes conocen a un chico rubio, alto...
- ...De campera dorada, ojos verdes y atrapante sonrisa ? - La adolescente completó mi pregunta.
- Ja veo que di en el blanco. ¿Es lindo verdad? - me decía ella mientras hacía un movimiento insinuante de cejas.
- Vamos, no seas exagerada, no es taaan lindo.
- Tú dices eso, Ryoga porque aún no te ha invitado un mediodia a su recinto - ella reía levemente.
- Calláte ¬¬
- Ok, escucha Genki, ese chico espléndido de dorados cabellos, fascinantes ojos verdes y labios rojizos - ella soltó un suspiro - es el chico más deseado por todo el colegio. Todos se mueren por él y - hacíendo énfasis en la "y" - es el Don Juan del colegio. Se ha propuesto conquistar a toda persona que encuentre interesante o que le llame la atención. Todos los días, a la hora del almuerzo, se queda en las escaleras al fondo del pasillo, esperando a quien vaya a buscarlo ¿y qué crees? Suceden muchas cosas allí - se emocionaba la adolescente mientras proseguía con la explicación - Siempre cita allí a las personas con las que desea "congeniar"* - decía esto la adolescente mientras arqueaba insinuante las cejas - Moriría por ir a ese lugar y pasar un dulce momento con ese bombón.
- Oigan, ustedes, dejen de cuchichear y presten atención - Nos decía el profesor y acto seguido, en un rápido reflejo nos colocamos mirando de nuevo hacia el frente.

El profesor seguía explicando mientras yo sólo pensaba en lo que me había dicho mi nueva compañera. Así que ese joven deslumbrante se decicaba a relagar besos y caricias a las personas que a él le interesaban. Entonces ¿Para eso me citaría en ese lugar? Yo... ¿le interesé? Debo estar loco de tan solo pensar en la idea de acudir a su encuentro.

En el transcurso de la mañana, entre clases y clases, me habia pasado cada minuto pensando en aquel joven. Aún sentía su voz susurrándome al oído. Ese engreído, ni crea que voy a ir ¿Qué se ha creído?
Pero sin embargo, a la hora del almuerzo, se me dió por curiosiar aquel luar donde estaba él y... verlo más de cerca...
Me escapé de mis nuevos compañeros con los que comencé a llevarme bien y que quedé de almorzar con ellos, con la excusa que iba al baño y, rápidamente me dirigí hacia el final del pasillo. A medida que me acercaba, podía vislumbrar un rincón semi oscuro y cerrado. No veía a nadie, esperaba toparme con la figura de aquel intrépido muchachito, pero no veía señal alguna de movimiento ni nada que se le paresca. Me iba acercando cada vez más pero a más de la mitad del camino me detuve, giré hacia el lado contrario y me disponía regresar hasta que algo me sujetó de la muñeca llevándome de espaldas contra la pared.

- Así que viniste presiosura, te estaba esperando - Nuevamente, el descarado chico apuesto me hablaba en voz baja y sensual. Estaba frente a mí. Obdervándome de manera sonriente y con cierta picardía. Era aún más alto que yo y de seguro un año mayor. Me sujetaba de los hombros mientras su cuerpo estaba pegado al mío y su rostro a tan sólo unos centímetros. Quedé maravillado viendo el paisaje que tenía delante de mí, pero de pronto algo desvió nuestra atención. Un sonido que taconeaba y caminaba de prisa. El radiante mancebo* me tomó rápidamente de la mano y corrió conmigo doblando a la derecha. Allí se encontraba una escalera clausurada mediante unas tablas de maderas de baja estatura con un cartel pegado que decía "Prohibido pasar" y por el cual mi acompañante saltó y yo junto con él. Subimos escaleras arriba encontrándonos con una gran habitación con materiales de construcción, varios muebles rotos y escaleras de mano. Atravesamos toda la sala y luego bajamos por otra escalera que tenía las mismas señales de adventencia de no ingresar al piso segundo. Aún podía percibirse los pasos siguiéndonos persistentemente. Al bajar, nos encontramos con un corredor por el cual pasamos y luego nos metimos a un cuarto aparentemente vacío.

- Pero qué persistente es esa chica - mascullaba agitado el rubio acompañante que tenía.
- ¿Quién era esa chica? ¿Es la prosesora? Esas cosas que haces no están bien, y estoy de acuerdo en que te repriman y...
- Pero aún así viniste ¿O no? - volvió a mirarme con esa sonrisa juguetona e insinuante.
- No, en realidad... - pero no pude terminar la frase, aquel joven se me acercaba con la mirada fija en mí, acorralándome contra la pared. Unas fuertes palpitaciones llegaron a mí. Estaba nervioso, no sabía qué era lo que pretendía hacer conmigo ni aún peor, lo que haría conmigo.
Se acercó lo suficiente hasta quedar muy cerca mío. Me miraba decidido y en un súbito segundo, apoyó una mano sobre mi mejilla y clavó sus labios en mi boca, apoyándolos suavemente. El corazón parecía saltar dentro de mi cuerpo al tiempo que él jugueteaba con mis labios. Los sentía líbidos y ligeros. Tan tersos. No pude más que rendirme ante sus encantos, ante su manera delicada de besarme mientras nuestras bocas se confundían una con la otra.
Pero el hechizo de aquel momento pronto se rompería al sentir que algo caliente comenzaba a rozarme el pecho. Una mano escurridiza me rozaba lentamente el pecho y me pelliscaba los pezones. En ese momento un calor ardiente me invadió y se me hacía más difícil respirar. La sensación de sentir sus manos sobre mí me fascinaba, me desequelibraba totalmente.
El colmo de este delirio lo fue al darme cuenta de que su inquieta mano comenzaba a divertirse con mi entrepierna por encima de mis pantalones. Era como si una lava ardiente cubriera mi cuerpo derramándose sobre mi vientre, como si ese fuera el propulsor de tanto calor. Yo jadeaba inconcientemente mientras mi apuesto compañero me sonreía divertido al verme de esa manera. Daba la sensación de que le encantaba verme disfrutando de aquello a lo que él me sometía. Y yo seguía su juego.
Para mi sorpresa, llevándome al borde del delirio, vi a mi acompañante bajar lentamente con su lengua por mi abdomen hasta llegar a mi cintura. Posando suavemente esa lengua rojiza por mi vientre, arriba, justo arriba del comienzo de la cintura de mis pantalones, los cuales desabrochó. La exageración de mi respiración agitada era inevitable. Al sentir su lengua sobre mí, pasando por cada centímetro de mi entrepierna, mordiendo suavemente y lamiéndome. Un trastorno sabroso con gusto a placer. No pude eludir unos gemidos desorbitados. La sensación se tornaba verdaderamente candente. Él, al escucharme gemir así, se levantó sin quitarme la vista de encima y sosteniendo mi órgano erguido. Posó esos ojos brillantes sobre mí y me lanzó violentamente sobre la cama que estaba a un costado de la habitación. Estábamos en la enfermería. Una vez acostado, se situó junto a mí quedando encima mío. Me besó el cuello entretanto levantaba mis piernas hacia arriba quedando entre medio de ellas. Seguía sin ceerlo ¿De verdad estaba con este sujeto envuelto en un océano de lujuria? Todo parecía un sueño. Esta reflexión mía se vió tajantemente interrumpida cuando sentí que algo se metía dentro de mi torso trasero. Dolía, pero pronto pude acotumbrarme a ello. Y cada vez se movía con más rapidez. Fuerte y rápido. A la vez. yo gritaba ahogadamente abrazando al activo rubio que me hacía estremecer. Pude sentir que él también respiraba agitado y jadeaba sobre mis oídos. Eso me erizaba aún más la piel.
Él continuaba sus movimientos y me sostenía fuertemente. Era agresivo, lujurioso, apasionado. Pensar en algo coherente en esos momentos era algo imposible, nada tenía sentido, sólo podía pensar en la actividad que este joven hacía conmigo.
Después de unos largos minutos inquietos, él se detuvo aliviado y al fin se desprendió de mí. Se sentó agitado sobre el borde de la cama en un extremo y miró hacia arriba. Yo aún seguía recostado, tratando de recuperar el aliento. Cerré los ojos y oí los pasos de aquel joven que tomó unas toallas y las puso sobre mí.

- Es tiempo de irnos. Las clases terminaron ya.

¿Cómo? ¿Ya habían terminado? No es posible ¿Cuánto tiempo nos habíamos quedado en ese lugar? ¿Era posible que hubiéramos estado allí toda la tarde? Me levanté impresionado, y algo mareado. Acomodé mis pantaloes y juntos salimos del sitio sin hacer ruido.
Nuevamente me tomó de la mano y regresamos por el mismo lugar por el que habíamos venido. No había nadie ya en el estableciemiento. Todos se habían ido.

- Te acompañaré a tu casa ¿Esta bien?
- ¿Por qué querría que lo hicieras? No necesito que lo hagas - dije yo refunfuñando con el ceño fruncido. Pero antes de poder decir otra palabra, el apuesto joven posó un dedo a mitad de mis labios.
- Shhhh, no digas más. Te acompañaré - Me mostró de nuevo esa sonrisa irresistible, que no pude negarme.

Salimos del colegio y sentí que casi no podía caminar. Creo que él se dió cuenta de esto porque me miró sonriendo y comenzó a caminar más despacio.

- ¿Cómo es tu nombre? - me preguntó él.
- Genki. ¿Y el tuyo?
- Byou. Mucho gusto... Genki - Otra vez su sonrisa. ¿Por qué era tan encantadora y deslumbrante?
- ¿Eres nuevo verdad? ¿Qué edad tienes?
- 16 ¿Y tú?
- 18. Supongo que vas en segundo ¿verdad?
- Sí, Y tú en tercero. Eres más grande de lo que esperaba.
- Es que repetí un año por faltar tanto a clases. Pero este año mis padres me obligaron a ser estudioso así que no tuve otra opción. Y dime, es la primera vez que haces este tipo de cosas ¿no es así, Genki? - Amaba cómo sonaba mi nombre con su voz, ese desgraciado era un encanto a todas horas.
- No, claro que no. Lo... he hecho antes, sí - Sentí la necesidad de mentir, me sentía tan tonto a su lado, pero a la vez extrañamente cómodo.

Byou echó a reir mirando hacia el cielo, porque creo yo, se había dado cuenta de la inexperiencia que poseía para este tipo de cosas.

- Sí, bueno y ¿estás en pareja? ¿O has estado en pareja con alguien?
- ¿Por qué preguntas algo como eso? He salido con otras personas, pero en este momento estoy solo.
- ¿Salías con alguien pero no te acostabas con esa persona? Eso es extraño.
- Calláte, no hubo necesidad de algo así, ni tampoco la oportunidad... - comencé a sonrojarme - y además no tengo por qué contarte todo esto. No te sigas mofando de mí.
- Lo siento presiosura, no fue esa mi intención.

¡Demonios! ¿Presiosura? ¿Así fue como me llamó? Era simplemente maravilloso, cada sonido de su voz era estraordinario.

- ¿Y quién era la persona que nos seguía? - pregunté
- Una chica con la que me acosté. Sólo estuve con ella una vez y ya cree que es dueña de mí. Es muy terca y testaruda.
- Eso es tu culpa- le dije pero él sólo se echó a reir.

Seguimos conversando de mi cambio de escuela, los motivos, y el clima hasta llegar a la esquina de mi casa. Éstaba se encontraba a sólo dos casas de la que estaba en la esquina.

- Ok, dejáme aquí. Ya me acompañaste así que ahora me iré a bañar.
- ¿No vas a invitarme a pasar? - me decía insinuante.
- No, es suficiente por hoy.
- Bien, entonces te veré mañana en la escuela. Cuídate.

Se dió vuelta y luego se marchó. Yo entré a mi casa, subí a mi cuarto y me recosté sobre mi cama pensando en el bello joven que acababa de despedir.


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diccionario:

* Congeniar: Llevarse bien dos o más personas por tener semejante genio, carácter o costumbres.
* Mancebo: adolescente, joven.


grx amor esta genial el fic 









domingo, 2 de mayo de 2010

hi hi


bueno 

no se que decir jaja 

hoy va a ser un dia muy largo -.- 

la procima semana va a ser la primera reunion del 

st VANESSA  es me pone happy pero 

tengo miedo de que me salga todo para el orto 

soy muy yeta  XD  

va a ver mas invitados que usuarios pero no me molesta es una oportunidad 

para que mas gente conosca a VANESSA 

es complicado .-. 

me voy  por ahora

bye~