viernes, 14 de mayo de 2010

El chico de la sonrisa encantadora. Cap 4

Título: El chico de la sonrisa encantadora.
Autora: Kelly
Protagonistas: Genki y Byou
Narración: Primera persona


Cap. 4: Una noche inusual

Podía imaginar claramente a qué venía este joven a la casa de Byou, y me veía a mí enredado en todo esto.

- Hola, soy Genki - Traté de mostrar mi mejor sonrisa.

El joven pelirrojo dio unas vueltas a mi alrededor mirándome de arriba hacia abajo repetidas veces.

- No está nada mal, es como me dijiste pero se ve algo tímido.
- Sí, lo es. Ven, tráelo al cuarto.
- ¿Vienes? - me preguntó el joven con voz amable sin sacar las manos de los bolsillos de su campera. No me quedó opción mas que decirle que sí.

Fuimos juntos siguiendo a Byou que doblaba a la izquierda en un pasillo y se metía en una de las habitaciones. Al entrar, cerró la puerta con lentitud y dio unos pasos hacia a mí. Se acercó hasta rozar levemente sus labios con los míos, me tomó de la cintura y suavemente comenzó a besarme en el cuello. Sus manos se deslizaban hacia arriba pasando por debajo de mi camisa. Aún seguía con el uniforme del colegio. Hitsugi se había quedado contra la pared observando, aún con sus manos en el bolsillo, mirando con atención lo que sucedía. Luego sentí algo húmedo y cálido en mi oreja derecha, una boca que me lamía sensualmente y a la vez me mordisqueaba. Entonces unas manos escurridizas se posaron en mi pecho desabrochando cada uno de los botones de mi camisa. Unas manos cuyos dedos se paseaban suavemente pellizcando sin piedad mi pezones con una mano y con la otra acariciando mi espalda.

- ¿Esto te gusta, preciosura? - me preguntaba Byou que parecía darse cuenta del estado de agitación en el que estaba.
- Claro - dije casi sin aliento. Luego subí la vista y me arrimé a hasta alcanzar sus labios y tocarlos con los míos. Lo besé desesperadamente mientras su lengua se introducía lentamente dentro de mi boca moviéndose incesante. Nuestras lenguas no tardaron en encontrarse envolviéndose una con la otra. Mi corazón latía cada vez con más prisa y un calor intenso se apoderaba de mí, amaba cada uno de sus besos, esa boca tan lívida me hacía perder por completo la razón. Tanto, que olvidé por un momento que a un costado nuestro el joven de pelo rojizo nos observaba. Abrí los ojos y pude ver que encendía un cigarrillo sin quitarnos la vista de encima. Noté que me miraba fijo a los ojos con una expresión seria en tanto expulsaba humo de la boca.
Me volví de nuevo hacia mi sensual compañero de habitación que bajaba de a poco al tórax de mi cuerpo dando pequeños besuqueos y deteniéndose a mordisquear uno de mis pezones.

- Aaaaahhh... - solté un súbito gemido que casi se oyó como un grito.

Giré de nuevo hacia nuestro espectador quien seguía observando y fumando el cigarrillo que traía en la mano. Levantó una ceja y luego volví a girar en dirección a mi bermejo acompañante. Éste continuaba apretando cada uno de mis pechos con sus blancos dientes. Al hacer esto algo en mi entrepierna comenzaba a cobrar ánimos.

- mmmm.... ¡Byou!

Él me miraba divertido con esa sonrisa provocadora en sus labios carmesí, signo de que tenía algo en mente, algo pervertido como siempre. Bajó la vista y posó una de sus manos en mi órgano masculino, el cual reaccionó inmediatamente. Byou carcajeaba perspicazmente al notarlo mientras se entretenía acariciando mi entrepierna que se vigorizaba cada vez más.
Después de unos segundos, puse una mano sobre la cabeza del joven rubio y lo conduje hasta donde se encontraban sus manos.

- ¿Así que eso quieres, preciosura?

Asentí con la cabeza. Él sacó la lengua, lamió el cierre de mi pantalón y luego lo desabrochó. Bajó el cierre y la tela de mi ropa interior, tomó mi órgano sexual en una de sus manos y comenzó a lamerlo y a chuponearlo. Cerré los ojos sintiendo que mis pálidas mejillas se acaloraban. Abrí los ojos, miré hacia abajo, esta vez mi atractivo amante chupaba la punta de mi pene para luego introducirlo definitivamente dentro de su boca. Volví a gemir. Me enardecía cada vez más, podía ver cómo su cabeza se movía de arriba hacia abajo con rapidez; podía sentirlo.

- Aaaaaaaahhhhhhhhh ......... aaaaaaaaaaaaahhh............ ¡Byou! .... - Era inevitable ya, gritaba su nombre a voces porque era lo único en que pensaba. En él, en su sensual forma de mirarme, en esos labios acaramelados, en su voz al decirme "preciosura" y en sus manos cuando me toca. Todo en él me encantaba, me excitaba hasta el delirio. Pero de pronto sentí una pequeña ventisca cerca de mi cuello, una nube grisácea que me cubrió por unos segundos. Reconocía un olor familiar en esa niebla, era humo. Eché un vistazo hacia atrás, Hitsugi estaba parado a mis espaldas fumando sobre mi hombro. Se pegó a mí tomándome de la cintura con una mano, con la otra sostenía su cigarrillo y con la boca besaba mi cuello. Byou seguía succionándome activamente mientras percibía que la mano libre del recién llegado se deslizaba hasta mis nalgas mintiéndose por dentro de mis pantalones y de mi ropa interior. Apoyó su otra mano en mi abdomen (cuidando de que el cigarrillo no tomara contacto con mi piel) para poder atraerme hacia él al tiempo que introducía en mí un dedo de su otra mano. Lo miré sorprendido pero no pude alcanzar a reaccionar y alejarme de él pues poseía unas manos muy hábiles que, conjuntamente con las acciones frenéticas de Byou, me dejaban inmovilizado. Descansé una de mis manos sobre la rodilla de quien estaba detrás mío tirando de sus pantalones negros y arqueando la espalda. El efebo* enfrente mío cesó sus actividades, retiró mi órgano viril de su boca pausadamente y se paró quedando frente a mí sin dejar de masturbarme con la mano. Se acercó a Hitsugi sacando la lengua y éste respondió de la misma manera. Ambos jugueteaban entre sí con sus lenguas conmigo atrapado en medio de ellos, ardiendo como si fuera a cocinarme a fuego lento sobre una ornalla. El calor que experimentaba me hacía sudar incesantemente, ellos sometían mi cuerpo en una irrealidad placentera repleta de luces danzando fugazmente a través de mis ojos cerrados. Luego sentí que una mano me tomaba de un brazo y de la nuca, me condujo unos pasos hacia un costado y caí sobre algo suave y cómodo. Abrí mis ojos, estaba encima de una cama con sábanas blancas y unas almohadas al pie de la cama superior. Apoyé boca abajo las manos y las rodillas sobre el blando colchón expectante de lo que sucedería a continuación ¿Quién de los dos sería el que me penetraría? ¿Byou, o quizás el reciente invitado? Aunque no quería admitirlo, estaba ansioso, quemándome por dentro, deseando tener sobre mí el cuerpo pálido y sedoso de ambos, pero fue el joven pelirrojo quien se acercó primero y se situó detrás mío. Apoyó firmemente su miembro endurecido que aún permanecía dentro de sus pantalones. Bajó el cuerpo y situó su cabeza cerca de mis oídos quedando así su cuerpo encima del mío. Movía su pelvis en círculos sin despegarse de mí y con una mano masturbaba mis erección. Creo que me decía algo en voz baja cerca de mi oreja, pero no pude entender lo que decía, pero sí pude captar que paseaba su lengua en mi lado frontal de la cara. Comencé a jadear agitanadamente y a mover mi cintura hacia él. Mis brazos temblequeaban tanto que casi no podía sostenerme. Hitsugi continuaba tocando mis genitales y esta vez empujando su miembro contra mis nalgas. Lo que me decía al oído aún no era claro para mí, pero era suficiente pera que decidiera poner fin a estas ansias insoportables. Despegué una de las mis manos de la cama y busqué presurosamente el cierre de sus pantalones. Él, al darse cuenta del movimiento de una de mis manos, me ayudó a bajar el cierre del mismo desabotonándolo. Palpé su vientre y por debajo de su prenda íntima tomé su miembro masculino. Esta vez sí pude entender lo que mascullaba a mi oído.

- Así, lindura, suplícame y te daré lo que quieres.

Estaba tan acalorado y excitado que hice lo que me decía. Acerqué mi boca hasta la suya y le imploré en voz baja.

- Métela, por favor. Deléitame con tu cuerpo.

Él sonrió y me besó. Tomó su propio órgano sexual y lo introdujo en la abertura de mis nalgas.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh! .....
- Suplícame.
- ¡Aaaahh, fóllame....!

El joven de cabellos escarlata se levantó un poco quedando arrodillado sobre la cama, se despegó de mí espalada y comenzó a impulsarse despacio, en un principio. Empujando su vientre contra mí, de atrás hacia adelante y sosteniendo mis hombros.

- Mmmmmmmmmm..... ¡aaaaaahh! - Sentí cómo mi respiración se me dificultaba cada vez más mientras mi acompañante me bombeaba con más rapidez.
- Di mi nombre chiquillo, di cómo me llamo.
- ¡Hit-Hitsugiii....... aaahhh!
- ¿Cómo?
- Hitsuugiii - El joven dio unas palmadas suaves a una de mis nalgas. No lo creía, sin duda esta una de las noches más activas de mi vida.

Se acercó de nuevo a mi oído y me susurró de nuevo en voz baja.

- ¿Te gusta esto lindura?

Con una mano me tomó de la nuca forzándome a inclinar la cabeza apoyándola en la cama e intensificó sus movimientos.

- Contesta, ¿Esto te gusta?
- ¡Síiii.... ahhhh.... aaaaaaaaahhhh .... mmmmmm!

Su miembro era voluctuoso y extenso. Se introducía con fuerza y firmeza sobre mi entrada y yo apretaba con vigor las sábanas de la cama suspirando entrecortado.

- ¿Qué esperas Hitsu? Él quiere más ¿No es así preciosura?

Acurruqué mi cabeza enfrentándola al colchón y bajándola un poco hacia mi cuerpo con los ojos cerrados. Nuestro invitado masturbó con más prisa mi erección y volvió más profundas y aceleradas las penetraciones.

- ¡¡¡Aaaaaaahhhhhhh...........aaaaaaaaaaaa.................mmmmmmmmmmm.....aaaaaaa!!! - Yo suspiraba desesperado y gritando.
- ¿Te gusta?

No quise contestar, entonces el joven se impulsó con más fuerza que no pude soportarlo y terminé eyaculando de repente. Se separó de mí y lanzó una sustancia espesa y blanca sobre mi espalda.

- Oye, no hagas eso, déjame eso a mí Hitsu.
- Lo siento Byou, es que este joven es delicioso.

Me tumbé sobre la cama agitado tratando de recuperar el aliento que me habían robado.

- No descanses aún preciosura, te dije que esta noche te quería para mí.
- Deja que descanse, mientras podemos inspirarlo un poco para que se anime ¿No?
- Claro.

Me quedé acostado sobre la cama viendo cómo ambos adolescentes se acariciaban entre sí y se desvestían el uno al otro. Hitsugi besaba de manera osada el pecho de Byou y lo despojaba de sus pantalones. Descubrió con sus manos su órgano viril y no tardó en metérselo a la boca. No podía dejar de mí mirar la escena, aquellos deslumbrantes seductores acaparaban en absoluto mi atención.
Me senté sobre la cama para observar mejor el espectáculo. Todavía estaba algo agitado.
Me quedé pensando, mientras veía la forma en la que el mancebo* de cabellos rojizos jugaba entretenidamente con el miembro de Byou, que ambos se conocían ya desde antes, de seguro era uno de sus amantes predilectos con los que se veía frecuentemente. Pero no lo veía por el colegio, así que supongo que se deben conocer de otro lado. Cavilaba en mi mente en qué medida eran amantes y "amigos". Ahora que recuerdo, ni siquiera me lo presentó, él llegó y se presentó solo conmigo. Pero no podía dejar de admitir que era bastante atractivo y un buen amante.
Luego algo me sacó de mi ensimismamiento prematuro y noté que el apuesto rubio se había montado sobre el recién llegado, quedando éste desnudo boca abajo con las manos y rodillas sobre el suelo. Lo siguiente que vieron mis ojos, fue que Byou introducía lentamente su extremidad genital dentro del invitado y hacía un onanismo* con una mano mientras éste se movía hacia atrás.

- Jaja, no te apresures Hitsu.

Sus labios carmesí sonriendo mientras penetraba a su invitado. No lo miraba a él, dirigía su vista directamente hacia mí, con esa expresión impúdica en el rostro. Me miraba incitante y pude advertir que me decía algo pero sin producir sonido alguno de boca. Me lanzaba fijas miradas obscenas y cargadas de lujuria. Comencé a agitarme de nuevo, sentí cómo me oprimía el pecho otra vez. Esa mirada suya mientras dominaba el frágil cuerpo de aquel joven que jadeaba desesperadamente. Me acerqué sin darme cuanta hasta donde ellos estaban y me lancé sobre los labios del anfitrión de la casa, lo besé exagerado y sin medirme. Él posó sus manos sobre mis mejillas por debajo de mis cabellos ambarinos* correspondiéndome de la misma forma. Cerré mis ojos sin pensarlo y cuando me di cuenta estaba en el piso con él sobre mí, y noté que detrás suyo estaba el pelirrojo invitado lamiendo la piel de sus hombros. Me dejé llevar de nuevo, abracé el torso desnudo de Byou y poco a poco pude percibir de nuevo la presencia de un objeto alargado que se infiltraba en la abertura de mi torso trasero, y creo que Hitsugi hacía lo mismo con Byou. Bo pude verlo claramente, la intromisión del miembro de mi acompañante me afectaba tanto que cerraba los ojos imaginado solamente su rostro. Tenía la imagen clara de él sobre mí, de cuando me mira con ese gesto provocativo tan usual en él. ¿Qué hacía yo pensando de esa manera en él en este momento? Sabía que estaba envuelto en una juego de seducción con su acompañante, pero algo más emergía de mí.

- aaa-aaa-aahhhh-hhhhhh........ - Produje un grito entrecortado. Mi compañero empujaba violentamente su cuerpo contra el mío haciéndose profundo y acelerado. Se impulsaba con fuerza y cada vez más rápido. Creo que intentaba llamarme preciosura mientras continuaba penetrándome salvajemente, él también cerraba los ojos y era sujetado de la cintura por el sensual joven de cabellos de fuego. Sin darme cuenta, casi rozo una de las patas de la cama con la cabeza, nos habíamos acercado sin saberlo. En el tiempo que me daba cuenta de lo cerca que nos encontrábamos de la cama, Byou bajó un poco su cabeza y se agarró del margen de la cama impulsándose aún más, cerré los ojos con fuerza por unos segundos, gritaba ahogadamente mientras lo veía sonriéndome encima mío. Pronto la imagen que se encontraba enfrente mío comenzó a nublarse y a oscurecerse, veía cada vez más lejano el hermoso rostro de Byou hasta que sólo pude ver una total oscuridad....



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*Efebo: Adolescente, joven.
* Mnacebo: Joven, adoloescente.
* Cavilar: Pensar en algo o sobre algo con insistencia y preocupación.
* Onanismo: Masturbación.

* Ambarino: De color amarillento.

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me reservo los comentarios 

kelly te pasaste esta genial XDDD 

grx  

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